El alto costo en el servicio de energía, los apagones constantes y la mala atención a los usuarios, han sido el detonante y cómplice de una crisis económica en el departamento del Meta.
Una de las empresas más solventes del país, estaría absorbiendo a miles de ciudadanos que aún sin empleo y sin poder ejercer su actividad económica en medio de la pandemia, deben buscar la manera de pagar por un servicio que no es si quiera 80 % efectivo.
Y es así, como ni siquiera un gobierno que dice estar del lado de sus ciudadanos, genera un verdadero alivio en los servicios públicos, sino se esconde detrás de las cifras que para ellos dan razón de un aumento que no es claramente justificable.
Mientras hablan de miles de millones invertidos en ayudas humanitarias, utilizan a grandes empresas como la Emsa , la cuál es manejada por el mismo gobierno, para intentar recuperar lo ofrecido.
Pese a que los ingresos de la compañía son bastante considerables, sus redes y su infraestructura de atención son deficientes, hasta el punto de colapsar, debido a las miles de llamadas que reciben a diario por un servicio que importa más por el negocio que por ofrecerle calidad de vida a sus usuarios.
Y ni hablar del manejo político qué detrás de ella se esconde, qué ni siquiera la cabeza visible dentro de la organización puede tomar decisiones por temor a ser expulsado, volviéndose cómplice de beneficios personales, sin pensar un poco, en que mientras en su casa no falta nada, en las de miles de familias está el decidir, si se compra una miga de pan o se vive en la oscuridad.
Por el momento los habitantes del departamento del Meta, tendrán que seguir sometidos a cumplir con la dictadura de estas grandes empresas, que en medio de la democracia de este país, genera grandes ingresos a los que se pasean de corbata por las calles de la hermosa Bogotá.
Por: Steven Liévano
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