Llano Fue: Ovejo Coronell



La charla ocurrió durante el rodaje de la película Golpe de Estadio, Sergio Cabrera su director, me contaba mientras caminábamos en medio del bochorno, los mosquitos y algo de maleza, el sinnúmero de tropiezos que había tenido para lograr estrenar su película más exitosa hasta ese momento: La Estrategia del Caracol.

Su hablar calmado y lleno de sabiduría China, país en el que vivió muchos años, dejaba ver las grandes enseñanzas adquiridas a través del tiempo… Pero la frase que más me impactó fue la que según el afamado director de cine, le dijo el escritor colombiano Gabriel García Márquez al enterarse que el proyecto de la película llamada a hacer historia, estaba abandonado por falta de apoyo. “Una película no se abandona, eso es como abandonar un hijo” … Esas 11 palabras me están martillando la cabeza a diario.

La enorme similitud de tropiezos que tuvo en su momento La Estrategia del Caracol con el largometraje Llano Fue, el cual se soñó hace diez años en una charla de amigos y se rodó hace cinco en la llanura colombiana no deja de rondar mis pensamientos. 


El largometraje lentamente fue tomando forma, se grabó el piloto con el “Cholo” Valderrama y empezó el tortuoso camino de tocar puertas para conseguir los recursos. Cuando las fuerzas desfallecían apareció Juanella Villalobos, amiga entrañable con quien nos apoyábamos todas las ocurrencias universitarias en El Externado de Colombia. Gracias a sus contactos se logró una cita con la Fundación Pacific Rubiales, y después de un par de meses y varias reuniones se enamoraron del proyecto y decidieron apoyarlo.

Llano adentro viajamos para empezar las grabaciones, el primer sitio escogido fue Maní - Casanare, la tierra de la Bandola Llanera nos acogió con especial deferencia para contar la historia de los instrumentos que se fueron perdiendo en el tiempo, era el Joropo de los abuelos, el Joropo elegante, el de otros tiempos. 

El rodaje se realizó durante todo el día con los preparativos para el parrando de la noche, al cual fueron invitadas de honor unas 10 parejas de la región… Los asistentes más jóvenes tendrían unos 65 años.

La noche se engalanó con la música del maestro José Ricaurte Rodríguez “Chirivico”, quien rompió el murmullo y la expectativa con su Bandolón. Los acordes fueron calentando la sangre de hombres y mujeres, nadie se quedó sentado.

La elegancia del Joropo inundaba el ambiente mostrándose altivo, sereno, romántico, con esa cadencia tan suave, una característica inequívoca de nuestros antepasados.

El impetuoso Bandolón dio paso a la Bandolina con sus finas melodías, dos copleros que sumaban entre si unos 150 años se tersaron verso a verso, mientras las coplas anidadas en la sapiencia propia del llanero iban encendiendo más y más los ánimos. Era el preámbulo de lo que estaba por llegar.

En las manos virtuosas de Rafael Lorenzo Pérez el Violín se hizo sentir… El Joropo empezaba a llegar a su clímax gracias a esa herencia araucana. Las inigualables melodías penetraban los cinco sentidos de los asistentes mientras algunos comentaban con nostalgia que el violín en el llano está agonizando.

La Bandola llanera, señora de esa región, se unió al Violín y como si se tratara de esos amantes destinados a estar juntos por encima de todo y hasta el infinito, se entregaron en una armonía total. Era el Joropo anhelado.

El Joropo es el hilo conductor del documental, por eso la historia nos lleva a su aspecto religioso el cual fue rodado en dos sitios distintos meses antes. La procesión en honor a la Virgen de Manare, Patrona milagrosa del Llano entero, fue grabada bajo el inclemente sol veranero del seis de enero en las calles de Paz de Ariporo.

El Velorio de Santos, tradición centenaria en la pampa parejita nos llevó hasta el hato El Indio en sabanas araucanas. Esa parte de la grabación se logró gracias a mi primo Fabio Cadena quien gestionó los permisos. Cómo se hizo mucho tiempo antes no había recursos, llamé a Juan Pablo Castro y le dije:

- Chamo…! Hay una grabación en Arauca, es un velorio de Santos que van a ofrecer en cumplimiento de una promesa. Pero no hay plata. - La respuesta me dejó asombrado.

- Hagámosle… Sin mente como el demente.

Quince horas de viaje para llegar al destino y ser testigos del que puede haber sido el último Velorio de Santos ofrecido, pues está tradición también se murió. 

Las oraciones se fueron mezclando con los cantos velorieros, el juego de La Marisela se fue colando sacando risas y espantando el sueño. Después volvió el canto lastimero en medio del aguardiente y la comida en abundancia… Hasta que los Santos serios fueron dispuestos en un cuarto cerrado y empezó el San Pascual Bailón.

El Arpa con su bordón retador y altanero irrumpió sin permiso en el silencio de los asistentes. La melancolía y los rezos quedaron a un lado, los llaneros castigaban el suelo con diferentes zapateos y los cantantes se empezaron a alternar en un interminable rosario de versos.

Fue el momento de hacer las entrevistas y conocer de boca de sus protagonistas el motivo del parrando. El dueño del hato, don Giovanny Rodríguez, un catire entrado en años nos contó con su voz rasgada que su hija había sido desahuciada en la UCI de la clínica San Ignacio de Bogotá. 

- Entonces cuando yo recibo esa llamada yo me le arrodillé a la Virgen de Santa Rosalía, patrona de los imposibles. Yo le dije que me salvara a mi hija, que eso era una peste. Que si ella me hacía ese milagro yo le hacía un parrando y además le mandaba a hacer una virgencita de oro como ofrenda…. Y tenga que a los tres días me llamaron de Bogotá… Que mi hija estaba bien y que ya no estaba en la UCI. Pero yo seguía pegado, rezando arrodillado en mi pieza. A los días me llamaron que mi hija ya estaba en Arauca completamente recuperada... Entonces eso para mí es un milagro.

Su hija Martha, quien recibió esa bendición estaba presente y nos reafirmó todo lo dicho.

- Yo estaba prácticamente sin fuerzas, no podía respirar y es entonces cuando mi papá hace la promesa.

Alfonso Esperanza, el esposo de Martha nos dejó un testimonio histórico, corto pero contundente.

-  Esa Virgen es de Italia, y yo puedo dar fe que en mi esposa hubo un milagro… Yo soy testigo de todo.

A las tres de la mañana las fuerzas desfallecieron y recogimos los equipos de grabación, cables pisoteados, llenos de polvo y con uno que otro escupitajo de chimó… Nos esperaban otras quince horas de viaje de regreso a Villavicencio.

El trabajo de llano con el que cierra el documental fue grabado en los hatos de los hermanos Braidy. Una de las familias más llaneras nos cobijó con su hospitalidad en Chaparrito y Miramar, cinco días de grabación en inmediaciones de Caño Chiquito en el Canasare. En estas vaquerías el Joropo sigue siendo protagonista al lado de los vaqueros que trabajaron diariamente con más de mil cabezas de ganado.

Las palabras se quedan cortas ante las espectaculares imágenes que están archivadas en dos discos duros esperando el momento de su estreno. Los elogios y el concepto de varios cineastas y documentalistas que han visto parte de este material auguran que, al igual que la Estrategia del Caracol, Llano Fue esta llamado a hacer historia en el momento que se logren los recursos para mostrarlo al mundo. Una de las razones en las que coinciden es sencilla… Más de la mitad del contenido es único e irrepetible.

 Y las once palabras que recuerdo de Sergio Cabrera siguen ahí… Todos los días en mi cabeza. “Una película no se abandona, eso es como abandonar un hijo”.

Elkin Raúl Coronell Cadena.

Anexo: En este link pueden ver el teaser de Llano Fue.





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