La subteniente María José Robayo Rojas, digna embajadora de la mujer llanera


Esta joven orgullo de su familia y de su tierra, a sus 25 años de edad es subteniente del Ejército Nacional, destacándose por su excelencia militar y académica, razón por la que fue enviada en comisión a la escuela The Royal Military Academy Sandhurst, en el Reino Unido, donde ascendió al grado de subteniente del Ejército Británico; así mismo, este último año fue ganadora de su tesis de grado en ingeniería civil, con su proyecto 'Cálculo de la huella de carbono en la Escuela Militar José María Córdova', demostrando así su compromiso y tesón por lo que emprende. 

La subteniente María José Robayo es una llanera con los sueños tan extensos como la tierra que la vio nacer, oriunda de Granada Meta y orgullosa de su padre quien fuera, comandante del Batallón de Infantería N.° 21 Batalla Pantano de Vargas en su ciudad natal, el héroe de su vida y el protagonista en su infancia de su programa favorito 'Hombres de honor', recuerda que le decía a sus amigas que su papá era el capitán de serie, una mentira piadosa, pero en la vida real, él era un militar con las botas bien puestas, quien le aconsejaba que fuera monja ó militar y le hizo caso, ya que su vocación la puso firme frente a la vida, para llegar a ser militar.


Terminó sus estudios de bachiller a la edad de 16 años, en la ciudad de Bogotá, en el colegio militar Almirante Padilla, una experiencia que le reafirmó su vocación. Sin embargo, por cosas del destino adelantó estudios de inglés e inicio una carrera tecnológica en gestión bancaria y entidades financieras, en el tercer semestre se dio cuenta que esto no era lo suyo y se presentó a la Escuela Militar de Cadetes José María Córdova, donde logró lo que su corazón tanto anhelaba ser una oficial del glorioso Ejército Nacional.


Desde entonces, ha enfocado todos sus esfuerzos en pos de su proyecto de vida, siendo excelente académica y militar, destacándose por su empeño y disciplina para llegar muy lejos en esta, la carrera de su vida. De sus inicios cuenta como anécdota que lo que le dio más duro fueron sus primeras dianas, estar lista en 15 minutos, de tanto correr se cayó varias veces, pero siempre se levantaba con más ganas de continuar, como dice el viejo adagio: ¡perseverar siempre, rendirse nunca.


La subteniente Robayo es una llanera de pura cepa, ama el folclor de su tierra y el joropo recio, por donde quiera que va presume de sus paisajes y estirpe, le gusta leer y viajar, en ello está la sabiduría. Siempre que puede, visita a su familia en Granada y Mesetas Meta en busca de sus raíces, le agradece a su madre la formación que le dio, gracias a ella y sus enseñanzas es lo que es hoy.


Les dice a las mujeres de Colombia y en especial a sus paisanas, que deben perseguir sus sueños sin desfallecer, salir adelante, crecer y avanzar, que lo más importante en la vida es creer en llegar tan alto para alcanzar las estrellas y andar tan lejos hasta tocar el sol.

Publicar un comentario

0 Comentarios