La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Maritza Martínez, está en el centro de una tormenta política después de que se anunciara la realización de una sala plana para evaluar y votar la ponencia que pide abrir una investigación formal contra el presidente Gustavo Petro por presuntas irregularidades en la financiación de su campaña.
El presidente Petro ha calificado esta acción como un "golpe blando" para sacarlo del poder, pero Martínez aseguró que el CNE no tiene la facultad de sancionar ni destituir presidentes y que la investigación se centra en las campañas, sin afectar el fuero presidencial.
Sin embargo, la comunidad ha reaccionado con escepticismo y críticas en las redes sociales, donde algunos usuarios acusan a Martínez de ser la "heredera" de la parapolítica debido a la investigación que enfrentó su esposo, Luis Carlos Torres.
La situación ha generado un intenso debate sobre la independencia y la imparcialidad del CNE y la capacidad del presidente Petro para enfrentar las acusaciones en su contra.
"La estabilidad institucional y la seguridad de los funcionarios del CNE deben garantizarse", aseguró Martínez en un comunicado, pero para muchos, la investigación es un paso político que puede tener consecuencias graves para el gobierno de Petro.
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