La inscripción ante la Registraduría de una iniciativa para revocar al alcalde de Villavicencio, Alexander Baquero Sanabria, abrió un debate sobre la viabilidad real de este mecanismo y el impacto que tendría en la estabilidad administrativa de la ciudad. Aunque el trámite ya fue formalizado, el proceso aún debe superar varias etapas técnicas y legales antes de llegar a las urnas.
Baquero fue elegido en 2023 con 70.698 votos, por lo que el comité promotor debe recolectar 21.210 firmas válidas (el 30% de esa votación) para activar la siguiente fase. Si la Registraduría aprueba los formularios, tendrán seis meses para recolectarlas.
Los requisitos para que la revocatoria prospere
Para que la votación de revocatoria tenga efectos jurídicos, deben participar al menos 90.724 ciudadanos (el 40% de los votos válidos de 2023).
Si se alcanza ese umbral, la decisión depende de la mayoría simple: al menos 45.363 votos por el SÍ, si votaran exactamente los 90.724 exigidos.
Expertos recuerdan que la participación en procesos de revocatoria suele ser baja, lo que convierte este paso en uno de los mayores desafíos.
El CNE: la entidad que revisa la plata
Mientras la Registraduría revisa las firmas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) debe auditar los estados contables del comité: ingresos, gastos y procedencia de recursos.
Si encuentra irregularidades, puede suspender el trámite o formular investigaciones. Su papel, aunque no define la permanencia del alcalde, sí puede detener la iniciativa por razones de financiación.
Argumentos a favor de la revocatoria
- Es un mecanismo constitucional de participación ciudadana.
- Permite expresar inconformidad con la gestión.
- Puede impulsar cambios, correcciones o mejoras en la administración.
- Fomenta la organización social y el control ciudadano.
- Abre espacios de debate en temas de ciudad como movilidad, seguridad, contratación o planeación.
Argumentos en contra
- El umbral de participación es difícil de lograr.
- Podría profundizar la polarización política.
- La ciudad asumiría los costos de convocar una jornada electoral.
- Genera incertidumbre administrativa y posibles retrasos en proyectos ya iniciados.
“Un nuevo alcalde no tendría tiempo de ejecutar”: una visión presente en el debate
Un sector de la ciudadanía sostiene que, a falta de dos años de gobierno, un alcalde nuevo llegaría sin tiempo suficiente para ejecutar obras significativas, pues su periodo estaría limitado por trámites de empalme, ajustes administrativos y aprobación de planes.
Según esta visión, más que reemplazar al mandatario, la alternativa sería exigir resultados con mayor presión social, utilizando mecanismos como:
- veedurías,
- control político,
- denuncias públicas,
- medios de comunicación,
- movilización ciudadana y protestas,
- acciones de seguimiento institucional.
Para estas voces, la revocatoria podría terminar generando más gasto y desgaste político que beneficios concretos, mientras que el control social permitiría mejorar la gestión sin interrumpir la continuidad administrativa.
Villavicencio, entre la presión ciudadana y la estabilidad institucional
El proceso apenas comienza. La Registraduría deberá autorizar o no la recolección de firmas, y luego cada etapa dependerá de la capacidad de organización del comité promotor.
Si se cumplen todos los requisitos, Villavicencio podría enfrentar una jornada de votación histórica; si no, el proceso concluye sin mayores efectos.
Lo claro es que “tumbar” al alcalde requiere más que inconformidad: exige 21.210 firmas, 90.724 votantes en urnas y al menos 45.363 votos por el SÍ, cifras que muestran que la revocatoria es un mecanismo posible, pero lejos de ser sencillo.

0 Comentarios