El agua prometida no llega: bombas fallan, cifras no cuadran y Villavicencio sigue esperando



Después de tres días de mostrar a Susumuco como la gran fuente de captación de agua, los villavicenses siguen haciéndose la misma pregunta: ¿dónde está el agua?

La administración municipal ha asegurado que esta nueva fuente representa un alivio para la ciudad. Sin embargo, las inconsistencias entre lo que se anuncia y la realidad han generado más dudas que tranquilidad. Aquí las principales preguntas que hoy se hacen los ciudadanos:

¿Cuánta agua produce realmente Susumuco?

Según el alcalde Alexander Baquero, Susumuco entrega 400 litros por segundo, lo suficiente para abastecer a cerca de 120 mil personas.

No obstante, visitas de la Contraloría municipal confirmaron que esta fuente actualmente solo está produciendo 340 litros por segundo.

¿Qué otras fuentes están aportando agua?

A Susumuco se suman cerca de 400 litros por segundo provenientes de Bavaria, para un total de aproximadamente 740 litros por segundo.

Entonces, ¿por qué no se siente la mejoría en los barrios?

Porque el sistema sigue siendo inestable. Las dos bombas ubicadas en Bavaria presentan constantes fallas debido a que operan en un lodazal, lo que interrumpe el suministro y afecta la presión. Aunque la suma total parece suficiente, la distribución no es constante ni confiable.

¿Es Susumuco la solución definitiva para que Villavicencio tenga agua todos los días?

No. Técnicamente, la única solución estructural es la reparación del viaducto o de la línea de aducción principal, que es la que realmente garantiza el caudal necesario para toda la ciudad.

Susumuco es apenas una medida de contingencia, que en invierno puede funcionar parcialmente, pero que en verano se seca y queda inservible.

¿Entonces por qué el alcalde promociona tanto Susumuco?

Todo indica que se trata más de una estrategia política para bajar el descontento de la ciudadanía, que de una solución real. Mostrar a Susumuco como el salvavidas de la ciudad es, para muchos, una cortina de humo frente a la incapacidad de solucionar el problema de raíz.

¿Qué exigen hoy los villavicenses?

Respuestas claras, inversión efectiva en el sistema principal y menos propaganda con soluciones temporales. Porque después de más de 40 días de racionamiento, la paciencia se agota y el agua sigue sin llegar.


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